Mientras cagaba sus propios ojos, que dos días antes había devorado, ya no le quedaron más dudas: por dentro era aún puro, el asqueroso era el mundo.
(participante en el concurso de microrrelatos convocado por Omegar)
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario