martes, 24 de octubre de 2006

Children of Men

Alfonso Cuarón (1961- )
Leí en alguna crítica a esta película que no era ciencia ficción porque se refería al presente. Entonces, ¿por qué la sutileza, por qué no ser explícito? ¿A dónde se quería llegar con todo esto?
Esta película esta repleta de ocasiones para la angustia y el miedo y el valor en sus personajes. Acaso no los perdí, no los supe ver. Acaso las ocasiones las perdió Cuarón. Están allí los ilegales enjaulados, está la miseria y el hambre, está la guerra y la desgracia... pero ningún personaje mira, mucho menos ve. Ahí está toda la estupidez humana que convierte en ícono a un cretino por ser el más joven en una tierra devastada. Pero nadie en ese universo se da cuenta ni de la estupidez ni del horror. Y no sé bien si de este lado de la pantalla alguien vió realmente algo con sustancia, si es que había algo para ver. Acaso no sé saborear estas cosas pretensiosas, plásticas y artificiales.
Lástima el tema central perdido, la infertilidad humana. El tema del niño recién nacido en medio de un mundo que no ve un bebé hace casi 20 años parece sólo un pretexto para la escena en que descienden con él del edificio asediado y su llanto calla las balas, y acompañan su camino los rostros de asombro y las oraciones... y las balas vuelven y estallan. Quizás eso estuvo dentro de lo poco que quiso decir Cuarón. Primero lo primero, primero las guerras, luego los milagros.
Pero, en ese mundo devastado por la estupidez humana, ¿no había nadie que viera como una desgracia a ese nuevo niño en el mundo, en un mundo en que esta especie babeante y criminal sobra, a gritos?

Arena

Ya sus pies desollados no dejan huellas de sangre en la arena del desierto. Ya el cansancio es una cadencia. Ya no tiene memorias de antes de la sed, del dolor. Ya no piensa en la muerte. Ya no recuerda su nombre, ni qué lo llevó a deambular herido y alucinado en el desierto. No quiere descansar, ni postrarse, no quiere un alivio porque sufrir es todo lo que sabe, es su instante.
Y eso, ese estertor, es una risa.

viernes, 13 de octubre de 2006

La sombra de tu vacío

Baila el sol
macabro, violento
sobre lo que alguna vez
fue tu sonrisa.

Dame la sombra de tu vacío.