viernes, 22 de septiembre de 2006

Semáforo

Va tarde. Muy tarde. Se retuerce en el asiento del conductor, las manos tensas, esperando la señal para seguir. La luz. Repasa el recorrido que le queda, prepara la excusa. Y entonces siente un último segundo que anticipa la luz amarilla. Siente ese segundo espeso, lento. Se ve desde fuera, desde fuera del auto, desde fuera de los relojes. Se vé viendo el cambio dilatado, denso, de la luz roja a la luz amarilla, y luego la luz amarilla se queda, se detiene, permanece y él la mira y es lo último que ve y que se ve viendo, y cuando por fin estalla el verde todo ocurre muy rápido: los pitos, los gritos, gente que golpea en las ventanillas, en el parabrisas, en la puerta, el cerrajero, la policía, las preguntas, el cuarto. El cuarto donde sigue rígido en la misma postura, dejando de esperar, dejando de viajar en el tiempo. Sonriendo.

lunes, 18 de septiembre de 2006

cuando me llamas

es la misma voz
con la que llama
a mi angustia callada
el mar