martes, 23 de diciembre de 2008

no sé cómo

tornado
relámpago
mujer

no sé cómo llamar
a las palabras que me colman

si esto es
una hoja seca
que quiebro en mi mano
sin darme cuenta

si esto
es una gota de lluvia
que me sume en las tristeza

si
esto es tu boca
no nombrándome
y callando lo que tienes
de mí en tu desasosiego

no,
me dices,
es rabia,
seca
hoja
lluvia
boca

no sé cómo llamar a las palabras
que me colman

miércoles, 22 de octubre de 2008

acá eres rabia

acá eres rabia

ventanal roto

las manos adoloridas

la bilis escurre de tu boca

y lloras


me das la espalda

eres cansancio

vomitas y descansas

vas a gritarme pero callas


a mi lado

eres mi sombra

el perfil que se alarga

más contundente que mi carne

más noche


no te vayas


más allá

cuando estás lejos

soy nada

miércoles, 16 de julio de 2008

Que hubiera querido

Espera que la lluvia venga. Se muerde suave, sin darse cuenta, la punta de la lengua. Espera que los relámpagos acudan, se desplacen hacia su rabia, que el sonido del aguacero se acerque, tumultuoso, como afanado en su tristeza. A cada oscuridad y a cada relámpago espera, pero la lluvia se aleja. Y se queda llorando de rabia, mucho tiempo después del último trueno, se queda llorando esa metáfora inútil, esa esperanza que hubiera querido que fuera una promesa.

miércoles, 30 de abril de 2008

Fisiología

Es un asunto digestivo

de la fisiología más elemental:

hoy te postras y yo te humillo

tus pestañas saben a secretos no vistos

ojos apretados que aúllan

mi lengua acaricia tus colmillos

tú sólo te cansas del mundo y esperas

que yo acabe el rito.

Unos cagan otros comen

todos hacen lo mismo

Nosotros nos destruímos.

jueves, 10 de abril de 2008

La única partida

François Ozon (1967 - ): Les temps qui reste (2005)

Una pelí­cula equilibrada, de escasas fórmulas, sincera, sin melodramas, doméstica. El ritmo de la narración permite dejar que las imágenes y la historia tejida sin pretenciones permeen la piel. Me gustó el tono pansexual (estoy estrenando palabra) y la carga suavemente erótica que tiene (o deberí­a tener) toda relación humana y que siento que Ozon plasma en tantos encuentros que narra.
Entre tantas formas de morir me gusta esa, en una justa soledad, a la medida de las propias limitaciones, a la luz y a la sombra del cinismo y su lucidez, bajo la infrenable ternura a la que nos condena la piel, consecuente con las contradicciones que nunca podremos resolver.

Tu boca seca

si tuviera que llamarme

me llamaría con tu boca seca

me besaría con tus manos

me hartaría de tus olores.

haz que me duela:

que de felicidad no grite

no caiga

no sea

que me embriague

y vomite

y ría

y me llames

y no vuelva.

Esto es

esto es lo que sucede cuando te encuentro:

la tierra se hace más vasta y el tiempo más líquido

una caricia me sabe a grito

una desesperanza me vuelve niño

la ira me calla me besa me deja.

no quiero que nada ocurra:

ni encontrarte ni seguir muriendo.

esto es lo que pasa cuando te olvido.