vos sos el otro lado de mi fiebre,
de mi cansancio,
de mi hastío.
sos cada pausa entre las palabras que me saben a sangre
y luego,
el silencio definitivo.
vos sos todas las caricias del mar sobre este cuerpo,
más que desollado,
herido.
sos otro tiempo distinto,
donde en lugar de pudrirme me ausento,
me desagrego,
me asesino.
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