en una ciudad interminable
una multitud dispersa de niños de ojos vacíos
tose muda y escupe pus amarillo.
los pájaros trabajan nidos de óxido y de ruido.
un humo espeso convierte lentamente a los árboles
en visceras muertas de hastío,
el agua en metales podridos.
las perras preñadas de fetos y alfileres
se desgarran a cansadas dentelladas los vientres.
y nadie escucha.
nadie siente.
no hay testigos.
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