miércoles, 10 de noviembre de 2004

Una lección de disección

Otto Preminger: Anatomy of a Murder (1959)
Una trama que pudo haber sido apta para moralejas: Un teniente del ejército es acusado por el asesinato del hombre que violó a su esposa. Ésta, una mujer coqueta y sensual, contrata a un abogado brillante y sin ambiciones para que asuma la defensa. Las personalidades del oficial y de su mujer dejan dudas sobre la naturaleza del crimen. La película deja entrever que quizás fue el oficial quien golpeó a su mujer esa noche al regresar ella a casa, no por primera vez, con un hombre después de haber bebido en el bar local, y luego de golpearla, (y obviamente aquí acaban las especulaciones) haber ido a buscar al tipo, el dueño del bar, para asesinarlo de forma premeditada y fría frente a sus clientes. Pero también hay sospechas fundadas de una presunta violencia sexual contra la mujer y de que el agresor trató de ocultar evidencia (unas enormes bragas que hacen presencia histórica en la pantalla), aunque nunca la violación resulta demostrada. En cualquier caso, la película deja sin resolver la verdad sobre la historia, y no sabremos jamás si hubo algún tipo de justicia en el desenlace. Preminger evade brillantemente la posibilidad de adoctrinar babosamente y de ofrecer fáciles modelos para identificarse. Una película anti-Hollywood.
Con planos largos planos de actuaciones sobresalientes de tanto los actores principales como los secundarios, esta película es una narración sincera acerca de lo inasequible que es la verdad, de los ámbitos modestos en que se mueve la honestidad. La película nos ofrece unos abogados si bien no honestos sí transparentes en su oficio irrelevante y trascendente a la vez, pues siempre los equívocos resuelven, en lugar de la verdad, los destinos. Raro, sí: esta vez los abogados resultan ingenuos a pesar de sus argumentos brillantes, sobrepasados por la natural complejidad de la espontánea y acomodaticia inmoralidad humana. Una película sencilla que respeta la inteligencia del espectador y la entretiene, más allá del bien y del mal y de sus fáciles sucedáneos de la industria fílmica.

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