Acaso este vacío que se cae en mis pulmones.
La sangre que acaricia mi pene.
La mano que busca mi ojo.
Llevo cayendo desde antes del tiempo.
Y el dolor y el tedio y hasta la alegría.
La ternura incluso.
Me hacen olvidar.
Que caigo.
Y quiero reventarme contra un fondo
que quizás no exista.
Y grito.
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